lunes, 22 de noviembre de 2010
Camino Real de Tierra Adentro
El Camino Real de Tierradentro, iniciado por Martín Cortés para comunicar Zacatecas con la Ciudad de México, llegó hasta la lejana población de Santa Fe en Nuevo México. Por él transitaban noticias, metales preciosos y mercancías en viajes que duraban hasta seis meses para realizar el recorrido completo.
Durante el siglo XVII, a sus alrededores se fundaron villas, ciudades, reales de minas, rancherías y haciendas junto con misiones y presidios.
En el siglo XVII, la colonización del Norte continuó. Junto a los hombres ricos que invertían o capitaneaban expediciones y apoyaban el desarrollo de los asentamientos, iban los frailes de la orden San Francisco y de la Compañía de Jesús fundando misiones para la pacificación y evangelización de los indígenas. El gobierno virreinal acompañó estos avances con presidios, establecimientos de corte militar dedicados a la defensa de los caminos y avances logrados. Estas medidas fueron producto de la experiencia de la Guerra Chichimeca (1550-1600), la cual sentó las bases para la empresa colonizadora del siglo XVII. Desde entonces, los métodos de pacificación de indígenas de esas áreas se hicieron por medio de regalos y del traslado de colonias tlaxcaltecas, tarascos o mexicas para que apoyaran la aculturación y la defensa. Ambas estrategias fueron características del avance al Norte en este siglo, no obstante, fueron acompañadas de la esclavitud, el maltrato y la descomposición de los grupos originarios, así como de ataques a los asentamientos españoles y de rebeliones ante los abusos.
Las Reformas Borbónicas y las Intendencias de Nueva España
Intendencias de Nueva España
Con el sistema de intendencias se implantó una nueva organización territorial y administrativa en los Virreinatos. Las intendencias se ocupaban de aspectos políticos, económicos y militares de sus jurisdicciones, y los intendentes eran nombrados por el monarca.
Desde el siglo XVI, la casa reinante en España era de la familia Habsburgo, de origen austriaco, pero en 1700 falleció el último rey de la dinastía, Carlos II, sin dejar descendencia directa. Después de no pocos conflictos, la sucesión recayó en el príncipe francés Felipe de Anjou, sobrino nieto del difunto rey, quien asumió el trono de España con el nombre de Felipe V e inició una nueva dinastía, la de los Borbón, por el apellido de la familia a la que pertenecía, y que era la misma que reinaba en Francia. Los reyes de la casa de Borbón comenzaron una profunda reforma en España porque consideraban que el país estaba muy atrasado en comparación con los demás países europeos. Efectivamente, los cambios modernizadores que transformaban a Europa no habían tenido cabida en España, y en el siglo XVIII estaba en desventaja económica y tecnológica respecto del mundo occidental. Cuando las reformas borbónicas quedaron consolidadas en la península ibérica, los monarcas decidieron extenderlas también a las colonias del imperio, lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XVIII por iniciativa del rey Carlos III quien gobernó el imperio español de 1759 a 1788.
Las reformas aplicadas en la Nueva España y en otras colonias del imperio tenían por principal objetivo recuperar para la corona el poder que los reyes de la familia Habsburgo habían ido delegando en algunas corporaciones de las colonias, como la iglesia católica y los consulados de comerciantes, así como al menos moderar la creciente corrupción de todas las esferas del gobierno. Ejercer el poder sin la interferencia de estas corporaciones también significaba canalizar hacia la corona los beneficios económicos que éstas acaparaban. La batalla fue muy reñida porque se afectaron muchos y muy fuertes intereses creados desde tiempo atrás.
Con el sistema de intendencias se implantó una nueva organización territorial y administrativa en los Virreinatos. Las intendencias se ocupaban de aspectos políticos, económicos y militares de sus jurisdicciones, y los intendentes eran nombrados por el monarca.
Una de las Reformas Borbónicas mas importantes impulsadas por José de Gálvez fue la implantación en la Nueva España de una institución de origen francés, la intendencia, cuyo principal objetivo era aumentar el control de la administración de todas las provincias, tanto en la recaudación de impuestos como en el fomento de las actividades productivas de cada región, de modo que el resultado final fuera el incremento de ingresos de la Real Hacienda. La primera intendencia erigida en la Nueva España fue la de Arizpe, en el año 1770, y esta ciudad fue la sede del intendente. El catalán Pedro Corbalán fue nombrado intendente provisional mientras el rey confirmaba el plan de De Gálvez y otorgaba los nombramientos definitivos.
Más tarde, en 1786, el rey promulgó la "real ordenanza para el establecimiento e instrucción de intendentes de ejército y provincia en el Reino de la Nueva España". Ese año se extendió a todo el virreinato el sistema de intendencias; se erigió una intendencia general en la ciudad de México y 10 de provincia que, además de la de Arizpe, fueron las de Mérida, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guanajuato, Guadalajara, Valladolid (Morelia), San Luis Potosí, Zacatecas y Durango.
La real ordenanza de 1786 modificó profundamente la organización política y administrativa de la Nueva España. De hecho, desapareció la antigua división en reinos, gobernaciones y provincias e incluso la figura del virrey quedó muy limitada. La nueva división territorial estaba pensada en función de la mejor administración de las regiones y en cada intendencia había una única autoridad superior en la persona del intendente.
La ordenanza indicaba que éste tenía competencia en cuatro ramos: justicia, hacienda, guerra y "policía". El intendente era juez supremo en su territorio, pero supeditado a la correspondiente audiencia. En Arizpe, la dependencia era de la Audiencia de Guadalajara. En el ramo de hacienda el intendente tenía injerencia en todos los asuntos fiscales y de gastos públicos, pero nominalmente estaba subordinado al intendente general de México. En el ramo de guerra estaba sujeto al comandante general, y sólo si era militar podía ejercer a plenitud su autoridad en este ramo; si no lo era, sencillamente se ocupaba de los asuntos administrativos del ejército. El ramo de policía, que hoy llamaríamos "de Fomento", consistía en ejercer las acciones convenientes para estimular las actividades productivas del territorio, es decir, fortalecer la economía para hacer crecer la recaudación fiscal. La ordenanza preveía que las intendencias se subdividieran en partidos, con un subdelegado como autoridad principal, que tenía las mismas atribuciones del intendente, pero dentro de su partido. Tanto el intendente como el subdelegado tenían prohibido inmiscuirse en asuntos de comercio, pues se deseaba eliminar la mala imagen que los alcaldes mayores y algunos gobernadores habían dejado en la población por estar coludidos con comerciantes.
Con el sistema de intendencias se implantó una nueva organización territorial y administrativa en los Virreinatos. Las intendencias se ocupaban de aspectos políticos, económicos y militares de sus jurisdicciones, y los intendentes eran nombrados por el monarca.
Desde el siglo XVI, la casa reinante en España era de la familia Habsburgo, de origen austriaco, pero en 1700 falleció el último rey de la dinastía, Carlos II, sin dejar descendencia directa. Después de no pocos conflictos, la sucesión recayó en el príncipe francés Felipe de Anjou, sobrino nieto del difunto rey, quien asumió el trono de España con el nombre de Felipe V e inició una nueva dinastía, la de los Borbón, por el apellido de la familia a la que pertenecía, y que era la misma que reinaba en Francia. Los reyes de la casa de Borbón comenzaron una profunda reforma en España porque consideraban que el país estaba muy atrasado en comparación con los demás países europeos. Efectivamente, los cambios modernizadores que transformaban a Europa no habían tenido cabida en España, y en el siglo XVIII estaba en desventaja económica y tecnológica respecto del mundo occidental. Cuando las reformas borbónicas quedaron consolidadas en la península ibérica, los monarcas decidieron extenderlas también a las colonias del imperio, lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XVIII por iniciativa del rey Carlos III quien gobernó el imperio español de 1759 a 1788.
Las reformas aplicadas en la Nueva España y en otras colonias del imperio tenían por principal objetivo recuperar para la corona el poder que los reyes de la familia Habsburgo habían ido delegando en algunas corporaciones de las colonias, como la iglesia católica y los consulados de comerciantes, así como al menos moderar la creciente corrupción de todas las esferas del gobierno. Ejercer el poder sin la interferencia de estas corporaciones también significaba canalizar hacia la corona los beneficios económicos que éstas acaparaban. La batalla fue muy reñida porque se afectaron muchos y muy fuertes intereses creados desde tiempo atrás.
Con el sistema de intendencias se implantó una nueva organización territorial y administrativa en los Virreinatos. Las intendencias se ocupaban de aspectos políticos, económicos y militares de sus jurisdicciones, y los intendentes eran nombrados por el monarca.
Una de las Reformas Borbónicas mas importantes impulsadas por José de Gálvez fue la implantación en la Nueva España de una institución de origen francés, la intendencia, cuyo principal objetivo era aumentar el control de la administración de todas las provincias, tanto en la recaudación de impuestos como en el fomento de las actividades productivas de cada región, de modo que el resultado final fuera el incremento de ingresos de la Real Hacienda. La primera intendencia erigida en la Nueva España fue la de Arizpe, en el año 1770, y esta ciudad fue la sede del intendente. El catalán Pedro Corbalán fue nombrado intendente provisional mientras el rey confirmaba el plan de De Gálvez y otorgaba los nombramientos definitivos.
Más tarde, en 1786, el rey promulgó la "real ordenanza para el establecimiento e instrucción de intendentes de ejército y provincia en el Reino de la Nueva España". Ese año se extendió a todo el virreinato el sistema de intendencias; se erigió una intendencia general en la ciudad de México y 10 de provincia que, además de la de Arizpe, fueron las de Mérida, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guanajuato, Guadalajara, Valladolid (Morelia), San Luis Potosí, Zacatecas y Durango.
La real ordenanza de 1786 modificó profundamente la organización política y administrativa de la Nueva España. De hecho, desapareció la antigua división en reinos, gobernaciones y provincias e incluso la figura del virrey quedó muy limitada. La nueva división territorial estaba pensada en función de la mejor administración de las regiones y en cada intendencia había una única autoridad superior en la persona del intendente.
La ordenanza indicaba que éste tenía competencia en cuatro ramos: justicia, hacienda, guerra y "policía". El intendente era juez supremo en su territorio, pero supeditado a la correspondiente audiencia. En Arizpe, la dependencia era de la Audiencia de Guadalajara. En el ramo de hacienda el intendente tenía injerencia en todos los asuntos fiscales y de gastos públicos, pero nominalmente estaba subordinado al intendente general de México. En el ramo de guerra estaba sujeto al comandante general, y sólo si era militar podía ejercer a plenitud su autoridad en este ramo; si no lo era, sencillamente se ocupaba de los asuntos administrativos del ejército. El ramo de policía, que hoy llamaríamos "de Fomento", consistía en ejercer las acciones convenientes para estimular las actividades productivas del territorio, es decir, fortalecer la economía para hacer crecer la recaudación fiscal. La ordenanza preveía que las intendencias se subdividieran en partidos, con un subdelegado como autoridad principal, que tenía las mismas atribuciones del intendente, pero dentro de su partido. Tanto el intendente como el subdelegado tenían prohibido inmiscuirse en asuntos de comercio, pues se deseaba eliminar la mala imagen que los alcaldes mayores y algunos gobernadores habían dejado en la población por estar coludidos con comerciantes.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
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